
Qué le falta a Argentina para ser una potencia energética regional
Vaca Muerta, offshore y renovables: los referentes del sector trazan la ruta hacia una matriz energética más competitiva y sostenible.
Durante el AmCham Summit 2025, destacados líderes del sector energético se reunieron para debatir sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta Argentina en su camino hacia una mayor competitividad y proyección regional.
Catherine Remy, directora de TotalEnergies; Bernardo Andrews, CEO de Genneia; Fausto Caretta, de Pan American Energy; y Pablo Vera Pinto, CFO de Vista Energy, coincidieron en un mensaje clave: Argentina posee los recursos para consolidarse como un actor energético global, pero para lograrlo debe contar con reglas claras, mejorar la eficiencia operativa y garantizar la infraestructura adecuada para aprovechar su enorme potencial.
El panel sobre seguridad energética se centró en los ejes estratégicos de la matriz energética nacional: el desarrollo de Vaca Muerta, el despegue de las exportaciones de GNL, el papel creciente de las energías renovables y la urgencia de modernizar la infraestructura eléctrica y regulatoria del país.
“Vaca Muerta es una roca madre de clase mundial. Hay gas, hay petróleo, hay viento y sol. Los recursos están. La clave es cómo los desarrollamos de forma sostenible”, resumió Catherine Remy, directora general de TotalEnergies en Argentina.
De país importador a exportador: la transformación energética en marcha
La transición energética argentina ya muestra resultados concretos. Pablo Vera Pinto, CFO de Vista Energy, recordó que en 2012 el país importaba 100 barcos de GNL. Hoy, gracias a Vaca Muerta, se están generando exportaciones estructurales, con perspectivas de crecimiento hacia nuevos mercados.
Fausto Caretta, director de Upstream de Pan American Energy, profundizó sobre el potencial del gas natural licuado. “Argentina podría duplicar su producción actual de gas y generar un excedente exportable de 100 millones de m³/día. Ya aseguramos un primer barco de GNL con Gólar para 2027, y una segunda fase implicará una inversión de 7.000 millones de dólares con un gasoducto directo a la costa atlántica”, explicó. El objetivo: posicionar al país entre los 20 principales exportadores globales de GNL.
Por otro lado, Catherine Remy destacó el rol del offshore en la seguridad energética. La plataforma Fénix, frente a Tierra del Fuego, ya aporta gas a la demanda interna y podría ser un eje clave en las exportaciones regionales hacia Chile y Brasil.
Energía limpia, eficiencia y consensos: las claves para la competitividad
El CEO de Genneia, Bernardo Andrews, defendió el rol estratégico de las energías renovables en el mix argentino. “La transición energética ya no es un dilema ético, sino una decisión empresarial inteligente. Las renovables son tan competitivas como cualquier fuente convencional”, afirmó.
Sin embargo, advirtió que la falta de infraestructura eléctrica es un cuello de botella para escalar esa transición. “Argentina necesita inversión en transmisión y transformación de energía. Hay que entender que el transporte de electricidad es un monopolio natural, y regularlo de forma eficaz es crucial para atraer inversiones”, señaló.
La necesidad de alinear incentivos fue otro punto fuerte del debate. Vera Pinto sostuvo que los costos operativos en Argentina siguen siendo entre un 30 y 40% más altos que en Estados Unidos, lo que compromete la competitividad global del país. En esa línea, Caretta destacó el proyecto “VEMOS” - una terminal portuaria de exportación en Río Negro - como ejemplo de cooperación sectorial que puede destrabar inversiones estratégicas.
Un llamado a la acción desde AmCham
En la apertura del evento, Facundo Gómez Minujín, presidente de AmCham Argentina, subrayó que la competitividad energética va de la mano de infraestructura, seguridad jurídica e inclusión social. “Sin conectividad física y digital, no hay productividad posible. Sin instituciones sólidas, no hay inversión posible. Y sin cohesión social, no hay desarrollo sostenible”, sentenció.
Además, lamentó que aún no se haya avanzado con una Ley de Ficha Limpia que impida que personas condenadas por corrupción accedan a cargos públicos: “No podemos hablar de un país competitivo si toleramos la impunidad. Una Argentina moderna y previsible requiere reglas claras y un compromiso ético irrenunciable”.
En ese sentido, celebró señales positivas recientes como la reducción del déficit fiscal, el dinamismo de sectores clave como el energético y la renovada confianza inversora. Pero llamó a transformar el potencial en hechos concretos: “Desde AmCham creemos que llegó el momento de pasar del diagnóstico a la acción”.
Nota: Artículo publicado por Daniel Barneda en El Economista.
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