
Incertidumbre en el sector energético argentino, una industria que avanza a dos velocidades: abastecimiento interno y comercio exterior
El sector energético argentino avanza a dos velocidades: por un lado, el déficit del abastecimiento interno produce cortes de luz en los picos de demanda de verano y falta el gas natural en el frio invierno.
Por el otro, el aumento de la producción de petróleo y gas natural en Vaca Muerta ha permitido volver a una la balanza comercial energética positiva y alimenta expectativas muy optimistas en los próximos años. Esta divergencia genera incertidumbre, por la ausencia de un plan energético de largo plazo que muestre el rumbo a los potenciales inversores.
El sector energético tiene que superar las barreras que presenta su infraestructura física en toda la cadena de valor, desde la producción de petróleo, gas natural y energía eléctrica, hasta el transporte en las redes de transmisión, los gasoductos y la distribución de los servicios públicos. Los precios deberían reflejar la existencia de mercados competitivos y aún estamos lejos de ello.
Se ha avanzado en una política de precios y tarifas para los mercados regulados eliminando subsidios e incrementando tarifas, privilegiando los objetivos centrales del Gobierno: bajar la inflación y el déficit fiscal a cero.
La demanda de electricidad se viene derrumbando a lo largo de este año con una caída del 10,4% en mayo respecto del 2024, y un derrumbe del consumo residencial del 18%. Vemos una paradoja con una demanda anual de electricidad prácticamente estancada o en retroceso, y una demanda pico creciente (efecto aires acondicionados en verano) que en febrero de este añó alcanzo los 30.257 MW y solo pudo ser satisfecha importando 2.000 MW desde Brasil.
Si todo sucediera como se prevé, el verano 2025/2026 tendrá una demanda máxima superior, y no han entrado ni hay en construcción nuevas centrales de generación importantes que puedan hacer frente a los requerimientos de los consumidores. Corolario: alta probabilidad de interrupción de suministro el próximo verano y los subsiguientes.
Las incertidumbres están rodeadas de anuncios estridentes, como el nuevo plan nuclear argentino que consiste en la construcción de pequeños reactores modulares en la Patagonia para alimentar demanda de centros de datos para inteligencia artificial en forma global (hoy en la Argentina esa demanda no se conoce).
Van y vienen Memorandos de Entendimiento con los chinos para terminar al menos una de las centrales hidroeléctricas sobre el rio Santa Cruz, se supone que este verano se reiniciarían las obras, sujeto a una serie de condiciones cuyo cumplimiento es dudoso.
Solamente están muy activas las empresas de energías renovables, a pesar de mantener un ritmo de crecimiento lento frente a los objetivos de penetración en el mercado.
Una de las mayores barreras para que ese ritmo se incremente es la saturación del sistema de transmisión en Extra Alta Tensión (500 kV). Hace más de diez años que no se inauguran nuevas líneas, y tampoco hay proyectos importantes lanzados o en construcción.
También están saturados y son antiguas y obsoletas las instalaciones de transmisión regionales de menor tensión (220 kV y 132 kV), lo que ha producido severos cortes de abastecimiento este verano en la zona NEA y Centro/Litoral del país.
El gobierno lanzó nuevamente el plan de transmisión que ya había lanzado el gobierno anterior, y también el gobierno de Cambiemos (2015-2019). Se conocen las obras que hay que construir, pero no se encuentran los mecanismos de financiamiento adecuados para su concreción. Esta vez sería el sector privado que se haría cargo de inversiones por 6.600 millones de u$s, lo que resulta muy dudoso.
La ampliación de la red de gasoductos que viene de Vaca Muerta se quedó en Saliqueló (Provincia de Buenos Aires) en 2023, y no se sabe si llegará a San Jerónimo (provincia de Santa Fe). Hay un proyecto en marcha de TGS para incrementa la capacidad existente agregando compresión en la traza actual del Gasoducto Perito Moreno y conectarse con el GBA y Litoral.
Los proyectos de exportación de gas natural se ven afectados por la ausencia de horizontes. Afortunadamente y a buen ritmo TGN concluyó gran parte de la reversión del gasoducto Norte, reemplazando el gas anteriormente importado de Bolivia, y de esta forma gran parte de la demanda del Centro y NOA del país podrán tener gas. Pero la capacidad que puede transportar este gasoducto hacia Brasil es insuficiente para pensar en grandes proyectos de exportación firme y mucho menos en el corto plazo.
El up-stream del petróleo y del gas mantiene una fuerte dinámica, a pesar que se espera una disminución de la actividad en el segundo semestre en Vaca Muerta, siguen firmes las expectativas de lograr una producción de un millón de barriles/día de petróleo en los próximos años, generando excedentes destinados a los mercados internacionales.
La incertidumbre inherente a esta industria tiene que ver con el comportamiento de los precios internacionales. La Argentina es tomadora de precios. En tanto y en cuanto estos se encuentren por encima de los 60 u$s/barril, la dinámica en Vaca Muerta se mantendrá muy fuerte, Las empresas operadoras privadas están invirtiendo en la expansión de los oleoductos, con el objeto de evacuar la producción hacia la costa del Atlántico, y de allí llegar a los mercados internacionales.
En el caso del gas natural, ya no se habla tanto del gran proyecto de GNL de YPF, que ante las dificultades ha optado por sumarse con prudencia al proyecto liderado por PAE/Golar. El gas natural debe confirmar su competitividad en los mercados de exportación, y ello repercutiría favorablemente, como sucedió con el shale gas en los
Estados Unidos, en menores precios en el mercado interno y un incentivo a su industrialización.
En síntesis, la electricidad y el gas natural para el mercado interno viajan a baja velocidad y en muchos casos están en punto muerto, mientras que el petróleo ya tiene el casco puesto y va en quinta a lograr sus objetivos. Las empresas productoras conocen esta realidad y se están volcando en Vaca Muerta a yacimientos de líquidos (Tecpetrol y Pampa se suman a PAE, YPF, Pluspetrol y Vista). Dos obstáculos: el precio internacional y el alza de costos de los proveedores de servicios a la industria.
Lamentablemente con este panorama el mercado interno de la energía que consumimos todos los argentinos esta a la deriva, El Gobierno no tiene este problema en su radar, la pista esta a oscuras y no hay piloto arriba del vehículo.
← Volver